domingo, 16 de noviembre de 2008

el placer de la culpa

Cuatro personas en una habitación en algún lugar se aburren. Quieren jugar, quieren divertirse.
Alguien muere.
No murió.

Alguien más muere.

No sabemos quién mató.
Juegan, ofician de jurado, de jueces, son culpables o pretenden que alguno lo sea.

¿Murió?


Los juegos largos aburren, el amor no correspondido da culpa.

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